Ella nos ha enseñado que siempre hay esperanza y aunque nada es fácil, con esfuerzo y fe siempre se van encontrando nuevos caminos.
Soy Sandra Ileana, mamá perruna de Tomás, Mateo, Sami y Lucas, mi último peque ya está en el cielo, pero siempre en mi corazón. Estos hermos@s me llenan de alegría cada día, de ese amor puro e incondicional y ni se diga de esas incontables anécdotas que me hacen reír, a veces llorar, uno que otro susto y lecciones de vida que dan; por esto y mucho más, es que hoy me siento feliz de ser “Mamá Perruna” y se que más de una se siente identificada y aunque no todos los entiendan, lo importante es hacer y dar lo que tu corazón te dicte; porque el amor viene en muchas presentaciones y en este caso en su mejor versión “4 patas”.
Y si, ser “Mamá Perruna” también es una responsabilidad porque ell@s hacen parte de nuestra familia y son seres sintientes como nosotros y aunque hasta hoy ha sido una aventura hermosa; les quiero contar que se me creció la familia y ahora un hermoso bebé viene en camino. Sabíamos con mi esposo que algunos cambios venían y teníamos que adaptarnos, pero algo era claro, que siempre nuestros peludos seguirían a nuestro lado y ahora todos como familia emprendíamos un nuevo camino para aprender juntos. Por esto, quiero compartirles mi experiencia hasta el momento.
Lo primero fue contarles a nuestros hijos perrunos que iban a tener un hermanito, aunque creo que ellos ya lo sabían. Uno de ellos, si se alejó los primeros días de mi, fue Tomás y creemos que quizás podía ser celos, no lo sabemos; así que con paciencia y tiempo le fuimos explicando que nuestro amor y cuidado por ellos no iba a cambiar, también les mostramos dónde crecía bebé y que ahora tendrían alguien más que les iba a brindar mucho amor, ternura, mimos, un compañero para salir al parque y mucho más; pero también que ellos serían su apoyo, de quienes aprenderá el valor del amor incondicional y a ser un bebé con empatía hacia todos los seres vivos. Y fue así, como paso un tiempo y Tomás volvió a ser el mismo.
Por otro lado, Mateo ha sido mucho más cercano, se acuesta cerca a mi más de lo normal, cuando salimos al parque es el que está pendiente de mi, bueno de nosotros 🤰, y cada vez más cariñoso. Esos detalles son los que te permiten entender que su amor es grande e incondicional.
Y bueno, nuestra nueva adoptada Sami, que desde que llego, necesitó nuestra atención, ya que venía enfermita y que aún continúa en su proceso de recuperación; ella nos ha enseñado que siempre hay esperanza y aunque nada es fácil, con esfuerzo y fe siempre se van encontrando nuevos caminos, y claro con su ternura nos cautivó y no era menos de esperar que ella también ha sido muy cariñosa con nosotros; y cómo dicen por ahí, todo pasa por algo y cada experiencia trae algo nuevo por aprender, y Sami nos ha permitido enseñarle a Tomás y a Mateo que tienen que compartir, algo importante que pasará con la llegada del bebé. Así que estos meses ha sido más de entendimiento y buscar que se familiaricen con la llegada de su hermanito humano. Claro esta, que también a nuestro bebé Ethan, le estamos hablando de sus herman@s peludos, porque queremos que entienda el amor y respeto por otras especies, que todos hacen parte de la familia y que vaya adaptándose a sus sonidos y el entorno normal de casa.
Sabemos que cuando nazca nuestro bebé, hay que seguir aprendiendo y las experiencias no paran, pero de eso se trata la vida, que juntos en familia sigamos este camino, siendo mamá perruna y ahora el de ser mamá humana.
Sandra Ileana Suárez W.